LA COSTILLA DE EVA

    Antes de colgar la última entrada del año con los agradecimientos, se me ha cruzado en el camino al ordenador una lectura, con la que me ha parecido  la manera más desternillante de terminar el año.
    "La costilla de Eva" es el título de la columna semanal que escribe en "yodona" Pedro Simón. Una columna que comparte página con la de Bárbara Alpuente nadiesperfecto@yodona.com, de la que también soy asidua. Habitualmente me gustan mucho las dos, pero la del sábado 18 de diciembre es especialmente realista y divertida.
   Sencillamente ha hecho que salgan carcajadas con su lectura, y eso no es tan fácil, porque cuando lees puede que te despierten unas sonrisas, o quizás una tímida risita;  pero lo que se dice literalmente CARCAJADAS, esas no son tán fáciles de provocar, y hoy lo ha hecho. ¡Es fantástico!
   La columna no tiene desperdicio de principio a fin. Muchos hombres y mujeres se verán alegremente reflejados. Reproduzco sólo una parte, aunque recomiendo encarecidamente leerla entera. Ahí va:
   "Alli estaba, entre el mandarinas de las buenas y el galletas de las de Martín, el jeroglífico: Compresas, ponía. Ya. Las había ultras y con toallitas, maxis y minis, normales y nocturnas, con alas y sin alas, finas y gruesas, super plus star y unas muy delgaditas donde ponía salva-slips...Aparecí en casa con unas supermegahiperabsorbentes, qué sabía yo. Me miró como si servidor fuera un controlador aéreo.
-Ya.Y de cuales compraba.
-Huevón.
-Cómo.
-Huevón...Que eres un huevón.
Mi mujer me llamó por primera vez huevón (léase güevón).Léase excesivamente tranquilo, retardado, en definición del diccionario. Y desde entonces allí voy por el pasillo de casa cuando me levanto en calzoncillos, aliquebrado, con complejo de huevon"...

   Bueno así sigue un poco más. Yo no sé si es huevón, pero es la leche de gracioso. 

Termina así:
"El otro día debí de recaer de lo mío, el güevonismo amnésico, una variedad jodida. Total, fue por una pregunta de nada.
-Cariño, ¿ésto es para lavar?
Y me miró y se rió, y se mordió el labio de abajo.
-Pero mira que eres huevón..."