La mesa puesta es el título del primer libro de un amigo, Manuel Abacá. Para nosotros, el Clan de Rivas, es Manolo. Más concretamente Ana y Manolo. Y para mis hijos, Manolo, se diluye para ser Diego y Rodrigo.Creo que de las importantes y grandes gestas de los amigos hay que alegrarse y compartirlas.
Creo que el éxito, el trabajo, la consecución de sus logros, hay que sentirlos como propios.
A mi, que me gustan los libros, también en su aspecto físico, la edición cuidada, el tacto rugoso y cálido de la cubierta, así como la portada, una imagen preciosa de Georg Scholz, sugieren muchos motivos para adentrarme en su lectura.
Consta de ocho cuentos que viven y crecen a lo largo de las setenta y ocho páginas que contiene.
Escritos con sencillez e inteligencia. Historias en las que sentirnos identificados. Reflejan pasos de nuestros propios aprendizajes, de nuestras dudas.
Nos dicen bajito y al oido, con voz muy suave, que de esas pequeñas cosas de cada día, de esos errores, de esas luces y sombras, trabas, miedos, deseos, se evoluciona.
Son cuentos para leer para uno mismo, y cuentos para hacerlo en alta voz.
Porque son sonoros y coloridos.
Porque tienen la virtud de comenzar como deben: atrapando, y de terminar cuando no hace falta añadir nada más, cuando sus frases piden descanso, cuando el personaje pone punto y final.
Leedlo y escuchadlo.
Os gustará
Hola, Ego for one.
ResponderEliminarEsto habrá que celebrarlo. Otra vez.