Let me love you.
Let me kiss you.
Tomorrow you're gone.
Let me hold you.
Let me kiss you.
You are the one.
Unas sandalias de ante azul klein y charol negro de Jessica Simpson me llevan hasta las escaleras de entrada a Del Diego, en la calle Reina. La noche es escandalósamente cálida para pasear en noviembre. Invita a recorrer un trayecto más largo del que lleva desde el Kai Japanese en la calle Clavel, donde disfrutamos de riquísimas y frescas delicias japonesas, hasta la famosa coctelería de Madrid.
Una agradable velada que pudimos disfrutar gracias, entre otras cosas, al trato exquisito dispensado en ambos locales, un bien escaso, y un detalle a tener en cuenta hoy en dia.
Una iluminación acertada y suficiente para poder elegir el menú. La música ambiente, agradable, invita a conversar, lo que se agradece tras tres horas sentados en dos butacas sin numerar de la sala ocho de los cines Acteón.
Proyectaban "La vida de Adèle" de Abdellatif Kechiche y protagonizada por Adèle Exarchopoulos y Léa Seydoux.
Una bella historia de amor entre dos mujeres jóvenes. Impresiona su cercanía. Su dulzura y su crueldad.
Seguro que quedará para la historia la larga escena explícita de sexo lésbico. Pero como dice Salvador Llopart en su crítica: "una escena de la que se hablará tanto como de la mantequilla de Brando y María Schneider, aunque sea otra cosa muy distinta. Porque lo que allí, con Bertolucci, era agresión, aquí es pasión; y lo que allí era violación, en La vida de Adèle es amor, total entrega. Y por lo tanto problemas."
La duración de la peli no es problema. Su banda sonora preciosa. Si hay que ponerle pegas, decir que dan ganas de sonarlas los mocos y pasarlas una servilleta por sus bellos labios llenos de tomate.
Pues eso, AMOR. Ich dich liebe.
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