¿De dónde sale esa fuerza generadora?
¡¿Y dónde se mete cuando más la necesitamos?!
¿Porqué no se queda el tiempo que queremos?
Pasa la noche y llega la mañana. Y nos levantamos. Prácticamente siempre la misma rutina. Pero no siempre experimentamos lo mismo al despertar. Y cuando nos acostamos no tenemos ni la más remota idea de lo que nos sucederá ocho horas despúes, nos es imposible saber si nos levantaremos tristes, contentos, con energía, con dolor de cabeza, nerviosos, con la moral por los suelos, o dinámicos y frescos como una lechuga.
Es uno de tantos misterios de nuestra existencia.
Podríamos hacer predicciones, como los hombres del tiempo: según los acontecimientos del día anterior, según la agenda prevista para el día siguiente, según el parte meteorológico, el calendario de la menstruación, exámenes diversos, etc, etc, en resumen, un análisis de las múltiples probabilidades.
¡O podríamos hacer una porra!
Podríamos escribir en un papelito antes de irnos a la cama nuestra apuesta, y comprobar el resultado al día siguiente, y es casi seguro que nos dejaríamos influir por lo anotado, que nos condicionaria en nuestros pensamientos y actitudes a lo largo de la jornada. ¡Pensándolo bien, nos vendría bien utilizarlo de terapia invirtiendo la idea, es decir, anotando algo positivo y comprobando al día siguiente si esto nos lo pone más fácil! No sé, no sé.
Las horas nacieron lluviosas esta mañana y me trajeron regalos, muchos regalos. Tan bonitos, que no tuve más remedio que saltar de alegría, y de bailar. como hacía tiempo que no lo hacia.
El cielo gris plomizo se lleno de gotitas de luz. mientras yo me llenaba de vida, de aire, de agua. Sonaba la musica, y era inmensamente feliz.
Nada importa más.
Cierro los ojos.
No, no puedo.
Necesito tenerlos abiertos.
Para verte.
Sigo bailando.
No puedo parar de reir
Intento cerrar los ojos otra vez
Y esta vez lo consigo.
Se me dibuja una sonrisa en los labios, que ilumina los pensamientos, me ensancha el alma, me da una energía que me hace saltar murallas y correr por montañas eternas.
Surge la banda sonora que hoy ocupará mis instantes, y estos se llenan poco a poco... Y sigue la vida, y el dia. Y no se agota, porque está pleno de rincones placenteros y agradables sorpresas. Fugaces premios que nos regala naturaleza sólo por vivir. Quisiera uno guardarlos en una jaula de oro, pero se escapan entre los quehaceres y las obligaciones. Y con un suspiro, nos resignamos a dejarles ir, aceptando rescatarlos del recuerdo sólo de vez en cuando, saboreando el regusto que nos queda en los labios del presente.
Desperté contenta.
Con ganas de reir, de bailar.
Y me encontré contigo.
A mi lado.
¿¡Qué más se puede pedir!?
...¡Tal vez apostar a caballo ganador antes de acostarme!
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