¡Que si, que este fin de semana también llueve!

   Avisan de tormentas. Pero la mañana ha amanecido soleada, así que, mis hijos y yo,decidimos coger las bicis e irnos al parque.
   A medio camino del carril bici ya están cansados, por lo que buscamos un rinconcito a la orilla del lago, rodeados de flores, árboles y cesped, para jugar y descansar.
   Tumbada boca arriba directamente sobre la hierba, (si,si, todo muy bonito, pero en cuanto aterricé en casa me aticé el ebastel de turno, ¡que me pica tooo!)...seguimos con lo poético: Como decía, tumbada, mirando al cielo, una ligera brisa iba trayendo poco a poco algunas nubes. Primero unas más altas lisas, ligeras, como humo gris, casi transparentes; luego otras, que se llaman cumulonimbos, que parecen algodon de azucar, muy blancas.
-¡Mami, mami! ¡Parece que sean en 3D!
-No es que lo parezcan, cariño...¡Es que lo son! ¡La vida es en 3D! ¡Vivimos en 3D!
-¿Siii?¡Vivimos en 3D! ¡Cómo mola!...¡¡Paabloo, qué vivimos como en los dibujos. en 3D!
   (¡Hay Dios mio!, mis hijos ya no saben ni en qué dimensiones viven...)
Continuo: Se nota la humedad del ambiente. No se oyen los coches aunque estén cerca, sólo las risas de mis hijos. Corren, chillan, miran las carpas, los nidos de los cisnes, las tortugas, juegan a pescar con las ramas rotas,...
-¡Mami, mami! (un día de estos me borran el nombre), ¡mira, una libélula!...¡Ay no, que era una mariposa!
-¡Que si, que si, que hay una libélula y tiene una cosa roja!
-¡Mami, mami! ¡mira! ¡margaritas y dientes de león!
   Còmo es posible que cada año nos sorprenda indefectiblemente la primavera. Si viene siempre en Marzo, y se repite en cada esquina de la Tierra, allá donde vayas, llega cuando toca. Ya está, es así.
   Se oyen los gorriones, los grillos, las gaitas del Centro Asturiano. Y allá a lo lejos, cuando terminan los gaiteros...¿Qué es lo que oigo?...¡jajaja!...¡No puede ser!...¡Es el afilador!...¡Qué casualidad!...¡No hace dos días, bromeábamos sobre esto!
   Así como estoy, mirando al cielo, oyendo las voces de mis hijos, en la hierba, sintiendo la brisa en mi piel, sólo me falta, quien guarda fotos amadas de rayos perfectos, para estar en el paraiso.
   Ya estamos en casa. Se ha cubierto el cielo. Han acertado. Se oyen truenos. Huele a lluvia.