Ahora llegamos a la parte relajante del asunto. Dense un baño de esperanza, ilusión, de alegría de vivir, llénense de paz, de energía, de luz, de sonrisas y de armonía, con la banda sonora de esta película de Hayao Miyazaki.
Esta vez, déjense llevar por la cadencia de los instrumentos de cuerda, o por el piano, gócenlos y giren.
Giren y bailen. Como sepan, como quieran, como les pida el cuerpo. Bailen y giren. Suavemente. Al compás.
Imagínense en un gran salón espejado, o bajo la lluvia, lo que mejor les venga. No necesitan a nadie al lado para poder bailar, pero si les falta algo...¡Agárrense a un boli! ¡Y agítenlo!. Vale lo mismo de batuta, que de pareja de baile.
Y si les cae una lagrimita, ¡no pasa nada!. Y si llueve como hoy: ¡Abran las ventanas de par en par y dejen que entre su olor y su frescor, y bailen con ellos!
Dejen que les saquen a bailar las gotas de lluvia, que les acompañen, les sostengan los brazos, les ciñan la cintura y les miren a los ojos.
Es la vida quien lo hace.
Déjense mecer por la vida y disfruten.
¡Ya está! ¡Lo han conseguido!
A esto se le llama: VIVIR.
Ahora pulsen el play. ¡Es su turno!
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