sábado, 28 de septiembre de 2013

In the forest

 
   "Para ver claro basta con cambiar la dirección de la mirada" Antoine Saint Exupery
 


jueves, 26 de septiembre de 2013

De porqué conversamos...

   ¿Será la hora del día? ¿Serán los paseos al aire libre? ¿La necesidad? ¿O será la compañía lo que incita a una buena conversación? ¡Definitivamente esto último!

-Comienzo el año tranquila...tal vez demasiado, no sé...
-¡Yo también! Pero en esta ocasión, por raro que parezca, no me siento culpable por no tener la necesidad de llenarme la vida de actividades, mías o ajenas, tanto da.
-Es como si de repente me hubiese parado, y tras un periodo de asombro, aceptara gustosamente el inesperado impasse y me inundara una calma que disminuyera las pulsaciones.
-Es como si estuviera esperando algo...
-...¡Qué puede ser bueno, o algo tremendo! ¡Yo qué sé!
-¡Con nuestro optimismo natural, de primeras no concebinos ni por un segundo. la opción de que puediera ser algo malo! ¡Jajaja!...pero si, efectivamente, puede ocurrir cualquier cosa.
-Me he descubierto estos días mirando...
-¿Mirando qué?
-¡Nada concreto!...Lo que me rodea...Despacito...¡Como regodeándome!
-¿Descubriste algo?
-... La vida que pasa...no sé...
-... Los colores. el ritmo, los cambios de luz, los olores, voces que no son ruidos sino expresiones con significado, tonalidades de sentimientos...
-...Que no siento urgencias, vaya...me tomo el día según viene.
-Cuando era pequeña pasaba muchas horas en el balcón de casa sentada mirando entre los barrotes de hierro.... ¡cómo las viejitas en los pueblos a la puerta de su casa!...viendo la gente pasar, sin más. Me gustaba verles ir y venir, subirse al autobús, entrar y salir de las tiendas; los coches que se agolpaban unas veces y otras se espaciaban. Los tejados con las antenas desafiando al viento y los rayos. El cambio de color de las hojas al paso de las distintas estaciones del año...
-De niños el tiempo se estira al antojo de mágicos seres que tienen el poder de hacer los minutos eternos, ¡jajaja!
-¡Es verdad!...nuestros hijos nos enseñan más que nosotros a ellos.
-Es como si de pronto encontrases el tiempo y el espacio para hacer aquello que en otro momento te parecería demasiado cansado, largo, poco importante, poco productivo...
-...¡Ver fotos antiguas, sacar elepés de hace mil años y escucharlos uno detrás de otro, leer a los clásicos, hacer puzzles gigantes, ordenar los armarios de la cocina como siempre has querido, ponerte a charlar con una amiga por el teléfono fijo hasta que te sude la oreja, enseñar a tus hijos a hacer punto, dedicarte por fin a las plantas, releer las cartas de amor, tumbarte en el sofá con los pies en alto mirando al techo...!
-...Darte cuenta de repente de que ha anochecido...
-...Es como estar en el sopor de una larga y calurosa siesta de verano...
-Un día vas paseando sin rumbo fijo, recordando vivir a cada paso, como un convaleciente de existir, y te descubres esperando.
-No es algo físico, es más bien una sensación.
-Tal vez la palabra sería "expectante"
-Sí, es una sensación extraña.
-Es realmente tremendo y ciertamente incongruente, que uno se inquiete por no estar agobiado ni estresado, ¿no crees?
-Claro, pareciera que estás fuera de este mundo imparable.
-¡Te hacen creer y sentir que si no te mueves no existes!, aunque no te muevas para nada, aunque no realices nada de provecho, aunque no te satisfaga el resultado, aunque el método no te convenza, aunque no tengas opción a rectificar, aunque las energías empleadas sean en vano, aunque las acciones y discursos estén vacios de contenido
-No hay tiempo para elucubrar, para meditar, para sopesar, para deleitarse, para saborear
-Nos tragamos las experiencias sin masticarlas cien veces.
-Engullimos los amores, las palabras, los viajes, los hobbies, los amigos, los deseos, las tecnologías, el sexo, los deportes, las novedades.
-¡No quiero ver reducida mi persona a los ciento cuarenta caracteres de un tweet!
-Hacer mil cosas distintas y llegar a la noche casi sin vida agostados los instantes, ahito de nada.
...
-¡Por cierto! He leido en alguna parte que este otoño marcará nuestra existencia ¡ahí es nada! ¡qué tremendo cuando hagamos balance al finalizar la estación y extrapolemos los resultado a nuestra vida entera! ¡jajaja! ¡puede ser realmente deprimente, visto el ritmo con el que hemos comenzado el trimestre!
-¡Oye, qué lo mismo las sorprendidas somos nosotras!
-¡Ay, es verdad!...¡Realmente no sé qué me asusta más!
-Tendríamos que estar preparadas.
-¿Preparadas para qué?
-¿Y yo qué sé? ¡ese es misterio! ¡Jajaja!
-¡Ay chica, qué tensión! No sé si seré capaz de aguantar, ¡es cómo estar todo el día con la tripa metida!
-¡Bueno, que yo paso, que la suelto un rato!
-Si, yo también, que me va a dar una congestión de la risa.
...
-¿Qué tienes de comer?
-No sé, creo que restos, ¡hay que comerlos, que si no se ponen malos!
-¡Así no avanzamos nada! ¡Nos pillará el toro del "otoño de nuestras vidas" con los restos en la mesa!
-¡Vaya por Dios!
-¡No tenemos arreglo!
-Bueno, ¡chao! si se me ocurre algo de aquí a casa cambio el menú, ¡por aquello del otoño!
-¡Jajaja! ¡chao! ¡Yo también, pero no prometo nada. ¡Hasta mañana!










You are my happy








martes, 17 de septiembre de 2013

Remember this







   Recorte de postal antigua con anotación manuscrita: "No estaré jamás sin ti, que solo podrá el rigor separarte de mis ojos, más no de mi corazón".
   Remember this: "Nadie conoce a nadie mientras dura su encuentro" Arcadi Espada
   "La creatividad suele ser un síntoma del amor.  Cuando uno se vuelve creativo con alguien hay amor. Inevitablemente ese estado creativo genera sus frutos, que pueden ser obras, cambios internos o hijos"


.

domingo, 8 de septiembre de 2013

Mermelada de moras

   Cinco críos trotan, saltan y ríen bajo la sombra que dibujan las altas copas de pinos antiquísimos, alcornoques y encinas.
   Son primos y van a lo suyo. Les importa poco lo que sucede en ese mundo raro de los mayores.
   Están en esa edad maravillosa en la que han acumulado la suficiente cantidad de historias fantásticas como para imaginar sus propios sueños. Una edad que les permite entrar en un campo como quien entra en un cuento, y pasar por esos caminos como si visitaran mágicos bosques encantados en los que todo es posible.
   Una edad en la que hacen oidos sordos a lo que los adultos con machacona insistencia intentamos que presten atención o aprendan, les motive o les cultive. Y con sabia razón, porque una y otra vez son ellos los que nos enseñan, los que nos demuestran con su actitud lo verdaderamente esencial de la vida, Y es que, no es la acumulación de conocimientos y experiencias lo que nos hace más listos ni más felices. (¿Cuál es su reacción cuando les empezamos a dar la tabarra contándoles todo lo que a "nosotros" nos parece interesante, o les insistimos en que prueben con una actividad que a "nosotros" nos encanta?: ¡Pues hacen oidos sordos, vuelven a sus cosas, o nos tachan de pesados!)
   Soy la primera que me paso la vida diciéndoles a mis hijos que miren lo que les rodea, que huelan, que toquen esto y aquello, que no se pierdan tal cosa o la otra. Y ellos, si acaso me miran, lo hacen o bien con desdeñosa indiferencia, o con ojos atónitos llenitos de incomprensión e impaciencia, en respuesta muda a "nuestro" egocéntrico soliloquio.
   Es, cuando yo me para a mirarles a ellos, que caigo en la cuenta de que ya lo están haciendo, y mucho mejor, porque lo hacen sin pensar, sin ser conscientes de ello, sin planteamientos previos. Se dejan llevar y no quieren interrupciones que les saquen de esa burbuja infantil, mezcla digital y natural, mezcla de ilusión y realidad.
   Recuerdas entonces tu propia infancia y recuperas parte de esa lejana e inocente mirada de niño y corres a meterte entre las zarzas a coger moras como ellos. Sin pensar en las espinas que pintan diminutos puntos rojos que derraman famélicos y temblorosos cursos de sangre en las piel desnuda de brazos y piernas. Siguiendo la orilla del riachuelo saltas como ellos y te estiras para poder alcanzar los racimos más bonitos y llenar con las moras más dulces las botellas de agua vacias.
    Tras la aventura campestre y con medio kilo de moras, llegamos a casa dispuestos a hacer mermelada, ya que nuestros estómagos estaban atiborrados y corrían riesgo de empacho por frutos silvestres.
   Un postre exquisito como colofón a un día perfecto.
   Hoy desayuno tostadas con mantequilla y mermelada de moras.

   El pan con tomate y aceite me lo comeré otro día, seguro.

viernes, 6 de septiembre de 2013

Love is blue.

La primera luna nueva del año.
Del año que comienza.
Comienza un jueves
Comienza hoy.
En septiembre.
Comienza.

Life is blue.

Principia.
Estrena una vida.
Mírala del revés.
Revístela de besos.
De besos y de sueños.
Besos suaves que hagan mimbres.

Sky is blue,

Que el viento te traiga el perfume.
El perfume y algunos acordes.
Melodías que huelen a ser.
Ese ser que navega el mar.
Recalando en tus costas.
Paseando tu piel.

Sea is blue.

Vuélvete.
Gira sobre ti.
Ponte cabeza abajo.
Atisba el mundo desde allí.
Péinate el pelo y déjalo suelto.
Déjate las uñas cortas para acariciar.

Music is blue.

Escuchando.
Cierro los ojos.
Meciendo los momentos.
Al compás de la savia del árbol.
Del agua helada de las cascadas.
Dejando caer feliz el cuerpo rendido.

Love is blue.

Crea mundos.
Crea sueños.
Crea vidas
Dibuja cuentos
Cuenta vidas
Cuenta sueños
Cuanta mundos.