miércoles, 25 de julio de 2012

Carmen

   Resulta ciertamente espeluznante.
   Lo miro y me bloqueo.
   El whatsapp me recuerda: "Última vez ayer a las 11:57".
   Quito la música clásica. No la puedo escucharla hoy.
  
   Siempre te recordaré con tu abrigo de piel vuelta verde pisacho y tu brillante melena negra.
   Alegre, elegante, educada, saboreando la vida, disfrutando de tus momentos.

   No me quito de la cabeza la última tarde pasada en tu compañía. Habia dejado a mi hija en tu casa para jugar con la tuya, y era hora de recogerla. LLamé al timbre. No abría nadie. Ni siquiera "coco" ladraba. Te llamé por teléfono, estaban comprando chuches con la chica, y tu te retrasarías. Me senté en el bordillo de la acera de enfrente de tu casa. Me entretuve "guasapeando" con V, las novedades divertidas de los últimos dias. Te disculpaste. No hacía falta. Entramos. Me ofreciste algo para beber, y nos sentamos en el jardín, bajo los árboles, alrededor de la mesa de teca a charlar. un poco de todo, de la vida, de los niños, de peluquerías, de los libros de María.
   Y nos despedimos. Era tarde y había quedado. Nos veríamos después del verano, para el cumpleaños de Alicia. Os íbais de vacaciones a Lugo.
   Y ya está.
   Te fuiste.

   Debían ser las cerca de las once de la noche. Conducía de regreso a casa. Pensando en otra Carmen Castro de mi vida. ¡Qué casualidad!. Una maravillosa mujer que me enseñó a ser un poquito más libre, que amplió mis conocimientos de literatura. Fué una gran profesora. Criticada por moderna y liberal, por vivir la vida como quería, por decir en voz alta que tenía cancer, y que había conocido a su hombre en una agencia, y que se había casado con el, pesara a quien pesara. Es uno de esos angelitos que me acompañan.
   Y pensaba en ella y en ti, cuando miré a mi izquierda.
   Y vi la luna roja de verano. Casi en cuarto creciente yéndose por poniente, como todos los astros. Como tú. Que te nos has ido por el oeste. Cómo el sol metiéndose en las aguas del Atlántico.

   Y no se porqué he elegido esta música para ti. Será porque veía en ti a una mujer-mujer, sin artificios, dueña de si misma, segura, que vivía como quería, y era feliz. 
   Y no se porqué no he podido llorar hasta ahora.  




   Para ti. Descansa en paz.

domingo, 22 de julio de 2012

Me despeino contigo.

   Hoy he recibido un correo, de una amiga, que ha cruzado el Atlántico a traves de estas ondas mágicas que son capaces de hacernos sentir cerca a las personas que queremos (¡todavía habrá alguien que reniegue de las nuevas tecnologias!). Según lo he leido he sentido el instinto y la necesidad de reenviarselo via mail a quien caza rayos de sol, pero como una punzada he recordado su petición, y por ese motivo se la hago llegar desde aqui.
 Con todo mi amor:

 Se titula" vivir despeinada", y dice así:
   "He aprendido que hay que dejar que la vida te despeine, por eso he decidido disfrutar de la vida con mayor intensidad.
   El mundo está loco. Definitivamente loco.
   Lo rico engorda, lo lindo sale caro. El sol que ilumina tu rostro, arruga. Y lo realmente bueno de la vida despeina...
-Hacer el amor despeina
-Reirte a carcajadas despeina.
-Viajar, volar, correr, meterte en el mar despeina.
-Quitarte la ropa despeina.
-Besar a la persona que amas despeina.
-Jugar despeina.
-Cantar hasta que te quedes sin aire despeina.
-Bailar hasta que dudes si fue buena idea ponerte tacones altos esa noche, deja el pelo irreconocible.

   Así que como siempre, cada vez que nos veamos yo voy a estar con el cabello despeinado.
   Sin embargo, no tengas duda de que estaré pasando el momento más feliz de mi vida.

   Es ley de vida, siempre va a estar más despeinada la mujer que elige ir, en el primer carrito de la montaña rusa que la que elige no subirse.
   Entrégate, come rico, besa, abraza, haz el amor, baila, enamorate, relajate, viaja, salta, acuéstate tarde, levántate temprano, corre, vuela, canta, ponte lindo, ponte cómodo, admira el paisaje, disfruta, y sobre todo:
 ¡Deja que la vida te despeine! ¡Lo peor que te puede pasar es que, sonriendo frente al espejo, te tengas que volver a peinar!"

    Como ves por la foto, yo soy de esas mujeres que se suben al primer carrito y se despeinan. Soy de esas mujeres que luchan por lo que creen verdad. Soy de esas mujeres que no se rinden, aunque las condiciones sean adversas. Soy de esas mujeres que no las asusta vivir. Soy de esas mujeres que apuestan por las personas en quien confian. Soy de esas mujeres a la que no les avergüenza decir que aman de verdad. Soy de esas mujeres que se arriesgan a decir la verdad. Soy de esas mujeres a las que la vida despeina.







Quiero despeinarme mientras cazas rayos de sol.

miércoles, 18 de julio de 2012

Mar

   Viernes. Julio. Dos mil doce.
   Siento la arena bajo mis pies. Cosquillean los granos mis plantas. Se hunden a cada paso en el suelo natural que se moldea con mi arco.
  Voy poco a poco. No hace falta correr. Seguirá allí siempre esperándome. Para cuando lo quiera mirar.
   Y ahora lo tengo delante, frente a mis ojos.
   Como cada año, tras esta. seguirán otras muchas veces, pero ninguna es tán especial como la primera. No se vuelve a repetir. Muchas serán las ocasiones en las que entraré en sus aguas, pero ya se volverán cotidianas.
   Es el primer baño en mi querido y anhelado mar Mediterráneo, eterno como su oleaje. Es una inmersión consciente, pausada, sintiendo que cada poro de mi piel se llena de agua salada. Me limpia. Me retrotrae a mi infancia y juventud. Es el mismo reflejo dorado de sus ondas el que me aupa hasta alcanzar los sueños y los cuentos que me susurraba a mi oido de niña. Son esos ruidos tan tenues y cercanos los que hablan con mi memoria y con el mundo.
   Son estas sagradas aguas, dueñas de dioses griegos y romanos, que bañaron a emperadores, heroes, y guerreros, las que hoy lamen mis superficies. Que inspiraron a poetas, filósofos, pintores, escultores, las que llegan a las costas de mi cuerpo, para recostarse y recrearse en el.
   En una nube de espuma floto. Pertenenzco a esa sustancia organica que me envuelve.
   Voy a nadar. Horizontal a la orilla. Como me enseñaron. En agua que fluye, que no se estanca, que tiene ritmo y fuerza. Sintiendo como luchan todos tus músculos contra algo tran grande y vital, y observar que cada movimiento tiene su utilidad, que aumenta su eficacia dependiendo de como lo uses, que tus brazos y tus piernas, tu abdomen, te sirven para avanzar.
   Atravesar el brillo de sus ondas con la punta de los dedos, hendir la superficie con precisión, hacer palanca con las palmas, empujar con ellas para seguir. Subir con cada brazada las montañas acuosas que llevan a paraisos prometidos.
   Me enloquece el mar picado, que no te deja tregua, que te empuja sin descanso con firmeza y suavidad, que te hace luchar, que te obliga a utilizar todo tu cuerpo. Puedes dejarte arrastrar por su fuerza o hacer una carrera amistosa contra la corriente. Consumes tu azucar en el, y generas oxígeno, que oxida.
    Te abandonas, apoyas la cabeza en las olas, y dejas que te acurruquen. No tiene sentido luchar, sólo dejarse llevar, fluir con el. Olvidarse de todo menos de su adormecedor canto. Se enredan la algas y me acarician pequeños peces.
   Son las crestas las que me elevan, y la espuma acaracolada la que me deposita en la orilla.
   Sopla el viento. Lo hace nor-noroeste. Practican kitesurf. Sopla fuerte. Se eriza mi piel.
   Como dice David Foenkinos, "basta respirar para que el tiempo pase"





 

martes, 10 de julio de 2012

Es verano y anochece suave y lento.

El orden de los párrafos en esta entrada, está un poco trastocado, con respecto al original.

Comenzaba asi:
    ¡Oh Mirror Mirror on the Wall!
   ¿Who is the fairiest all over the World?
De fondo sonaba "Fairytale" de Ludovico Enaudi.
Y apostillaba Irene:
"Fairiest", que no prettiest, que para pretty, ya está "The Pretty Ratty" como llamaban a la ratita presumida mientras barría a la puerta de su casa...
Eran los cuentos de Hoffman y su Barcarolle, la que cruzaba de la mano de Jacques Offembach.
    Cual "Alice in Wonderland", sentada a la mesa con el sombrerero loco y el conejo, saboreando un te imaginario, abrigando la tetera con un "cozytea", utilizando las pinzas para las bolsitas, hablando de vajillas inglesas y "bagels", fuimos conquistando el atardecer del viernes.
   ¡Oh Mirror Mirror on the Wall!
   ¿Who is the fairiest all over the World?
La conversación giraba en torno a la sonoridad de las palabras, de los poemas, de los cuentos, de los distintos idionas, y de las traducciones; de los divertidos libros para niños del Dr Seuss, el Gato Garabato o Cat in the hat, Un pez dos peces pez rojo pez azul...
   ¡Oh Mirror Mirror on the Wall!
   ¿Who is the fairiest all over the World?
                                                                  
                                                                      ... .... ....

   "Juno, venerable diosa, hija del gran Saturno, dime qué deseas, mi alma me inclina a realizar, si puedo y es posible, lo que tú me pidas!
   La venerable Juno, astuta y ladina, le dijo:
Concédeme el amor y el deseo, con los que tú sometes a los dioses ya a los hombres".
...Venus, la sonriente diosa, le dijo de nuevo:
   No es justo ni es conveniente el rechazar tus palabras, puesto que durante las noches tú eres la diosa que duerme en los brazos del poderoso Júpiter.
   Dijo esto, y de su pecho desató un rico cinturón con mil maravillosos bordados, en el que se hallaban todas las seducciones: allí estaba el amor, el deseo, las pláticas de los amantes y el lenguaje seductor, que trastorna, incluso, el alma del más prudente de los sabios. Venus los puso en manos de la diosa y le dijo:
Recibe este cíngulo y guárdalo en tu seno"... 
                                                                                                          "La Ilíada"

                                                                      ... .... ...

"Querer, querer, querer,
ésa fue mi corona,
esa es."
                                  Miguel Hernandez



"Una querencia tengo por tu acento,
una apetencia por tu compañía
y una dolencia de melancolía
por la ausencia del aire de tu viento.

Paciencia necesita mi tormento,
urgencia de tu garza galanía,
tu clemencia solar mi helado día,
tu asistencia la herida en que lo cuento.

¡Ay, querencia, dolencia y apetencia!:
tus sustanciales besos, mi sustento,
me faltan y me muero sobre mayo.

Quiero que vengas, flor desde tu ausencia,
a serenar la sien del pensamiento
que desahoga en mí tu eterno rayo."
                                                                    Miguel Hernandez

..."Los olores persigo de tu viento
y la olvidada de tu huella,
que en ti principia, amor, y en mi termina."
                                                                    Miguel Hernandez

                                                           ... ... ....

   Termino con un cuento para niños titulado "Amores lunáticos" de Lorenzo Silva, que comienza con una cita de Raymond Radiguet del "Baile del conde de Orgel": "Sólo en el recuerdo se nos muestra lo maravilloso".
   Concluye:
    "Y porque es en quienes amamos donde proyectamos, al final, la auténtica esencia de lo que somos.
    No somos lo que tenemos, ni siquiera lo que hacemos: tenemos lo que nos dan y lo que las circunstancias nos permiten tomar; hacemos lo que podemos, que no siempre es lo que desearíamos hacer. Lo que en realidad somos es lo que queremos. Eso es lo único que inventamos y elegimos, lo que nos enseña de qué pasta estamos fabricados. Aunque a veces no sepamos por qué queremos lo que queremos. Nuestro gran problema es que nunca terminamos de conocernos bien a nosotros mismos. Ya lo decía Raymond Radiguet, aquel que escribió "el diablo en el cuerpo" con sólo diecisiete años: ...si el corazón tiene sus razones que la razón no conoce, es porque esta última es menos razonable que nuestro corazon."

                                                 ... ... ...

Anochece.
Anochece suave y lento.

   En su compañia. Tierna, sensible y cultivada. Triste y doliente ella.
   En su compañía. Necesitada de mi presencia, de mi aliento, se hizo de noche.
   Se hizo noche estrellada.
   Y salimos de nuestros cuentos, y pausadamente dirigimos los pasos hacia los portales que nos llevan a nuestros mundos. Y peldaño a peldaño subimos la escalera de nuestra vida, por unos minutos compartida y convertida en sueño de niñas, para con cada escalón, hacer de la realidad presencia de ausencias. Introducir la llave en la cerradura del alma, y girar con precisión en la dirección que abre la puerta y deja entrar el aire fresco de la noche.
   Es verano y anochece suave y lento.








sábado, 7 de julio de 2012

Tiny things

   La vida es cómica y despiadada como la intensa luz del dia, clara y luminosa, maravillosa, no deja lugar a dudas. El sol nos hace daño cuando lo miramos de frente, pero sin el moriríamos.
La vida es perfecta tal cual es.
   Hace ya algún tiempo, más del que yo quisiera, alguien me contestó que era casi perfecto y que por eso se perfeccionaba cada día. Cualquiera podría pensar en engreimiento, narcisismo, egoismo, o superioridad, pero nada más lejos de la realidad. Venía de la persona más noble que conozco, la más humilde y sensible, siendo inmenso. Consciente de su grandeza y de sus debilidades, de sus carencias y de sus virtudes. Consciente de sus defectos, que le duelen, los lucha.
   Es para mi un ejemplo de perfecta imperfección.
   Hablo mucho de perfección, pero no como la obsesión por conseguir algo inalcanzable, sino como un espejo en el que mirarnos, un objetivo a alcanzar, una meta por superar. Tener siempre en mente que podemos mejorar, que siempre hay un peldaño que subir, una arista que limar, algo que aprender. algo que enseñar.
   Tras una reunión del cole, la tutora de mi hija, se paró de repente frente a mi, me miró a los ojos, y sin venir a cuento me espetó:" La vida es imperfecta, las personas somos imperfectas y las relaciones entre nosotros también lo son".
   Cuanto antes lo aceptemos, más felices seremos.
   Cuanto antes amemos esa imperfección, más amor seremos capaces de dar.
   Cuanto antes valoremos esa imperfección más generosos seremos.
   Cuanto antes miremos de frente y sin miedo esa imperfección, más valientes seremos.
   Y como dice esta bella canción de Jamie Cullum. " Your story is nothing more than what you see, what you`ve done"..." World is nothing more than all the tiny things you`ve left behind"...
   La perfección está llena de pequeñas e imperfectas cosas.
 

lunes, 2 de julio de 2012

Un romano y ciento un dálmatas.

   Érase un cuento erótico para niñas buenas con burkas mentales, en el occidente permisivo y consumista.
   Érase un puñado de letras juntas, que liberaban estrechas mentes promiscuas.
   Érase una vez unos dedos, que sin piedad sujetaban una pluma obscena, que esclava de impulsos impúdicos, dejaba un rastro indeleble en una libreta de cuadros azules.
   Érase una vez una imaginación desbordada, que no tiene necesidad de crearse un mundo irreal porque tiene mucha historia que contar, pero que quizás se le ha olvidado, o no quiere recordarlo, o tal vez duela más que un navajazo.
   Cicatrices en el ombligo. Coincidencias, tantas.
   Érase que se era una conversación cómplice entre mujeres.
   Érase que los sofocos no eran de amor, sino de un correr lleno de más coincidencias.
   Érase que se era una vida que se repite más de lo que creemos.
   Érase que se era, que tenemos la facultad y voluntad de ayudar como nos ayudaron, y decir lo que nos dijeron.
   Érase una vez que los cuentos son, lo que no queremos contar.
   Érase una vez que descubres con sorpresa y cierto pudor, que tus deseos más ocultos, tu vida anhelada, son también las de tus padres, y la de los padres de tus padres.
   Que no eres tan original, que lo que tu buscas otros ya lo buscaron, que lo que tu gozas otros ya lo gozaron, que lo que tu temes, también otros lo temieron.
   Érase una vez que esto se escribe solo, sin ton ni son, sin coherencia, y sin hilo conductor.
   Érase que se era, que si eres capaz de seguir leyendo, será quizás por el ritmo. Porque este y el movimiento nos conquistan, y la inmovilidad nos hace pensar. Nos seduce la vida, y entramos al trapo una y otra vez. Porque estamos vivos.
   Érase una vez, que da igual ser el dálmata número ciento uno que el treinta y tres. Ser el personaje de un cuento seductor. Del que unos quieren participar, otros leerlo.
   Abran las páginas de sus vidas. Lean lo que otros escriben o lo que ustedes mismos escriban. Sean actores de su propia existencia. Finjan o no. Da igual. Pero hagan. Avancen. Gocen. Sientan. Imaginen. Sigan su camino. Sientan su energía.