martes, 10 de julio de 2012

Es verano y anochece suave y lento.

El orden de los párrafos en esta entrada, está un poco trastocado, con respecto al original.

Comenzaba asi:
    ¡Oh Mirror Mirror on the Wall!
   ¿Who is the fairiest all over the World?
De fondo sonaba "Fairytale" de Ludovico Enaudi.
Y apostillaba Irene:
"Fairiest", que no prettiest, que para pretty, ya está "The Pretty Ratty" como llamaban a la ratita presumida mientras barría a la puerta de su casa...
Eran los cuentos de Hoffman y su Barcarolle, la que cruzaba de la mano de Jacques Offembach.
    Cual "Alice in Wonderland", sentada a la mesa con el sombrerero loco y el conejo, saboreando un te imaginario, abrigando la tetera con un "cozytea", utilizando las pinzas para las bolsitas, hablando de vajillas inglesas y "bagels", fuimos conquistando el atardecer del viernes.
   ¡Oh Mirror Mirror on the Wall!
   ¿Who is the fairiest all over the World?
La conversación giraba en torno a la sonoridad de las palabras, de los poemas, de los cuentos, de los distintos idionas, y de las traducciones; de los divertidos libros para niños del Dr Seuss, el Gato Garabato o Cat in the hat, Un pez dos peces pez rojo pez azul...
   ¡Oh Mirror Mirror on the Wall!
   ¿Who is the fairiest all over the World?
                                                                  
                                                                      ... .... ....

   "Juno, venerable diosa, hija del gran Saturno, dime qué deseas, mi alma me inclina a realizar, si puedo y es posible, lo que tú me pidas!
   La venerable Juno, astuta y ladina, le dijo:
Concédeme el amor y el deseo, con los que tú sometes a los dioses ya a los hombres".
...Venus, la sonriente diosa, le dijo de nuevo:
   No es justo ni es conveniente el rechazar tus palabras, puesto que durante las noches tú eres la diosa que duerme en los brazos del poderoso Júpiter.
   Dijo esto, y de su pecho desató un rico cinturón con mil maravillosos bordados, en el que se hallaban todas las seducciones: allí estaba el amor, el deseo, las pláticas de los amantes y el lenguaje seductor, que trastorna, incluso, el alma del más prudente de los sabios. Venus los puso en manos de la diosa y le dijo:
Recibe este cíngulo y guárdalo en tu seno"... 
                                                                                                          "La Ilíada"

                                                                      ... .... ...

"Querer, querer, querer,
ésa fue mi corona,
esa es."
                                  Miguel Hernandez



"Una querencia tengo por tu acento,
una apetencia por tu compañía
y una dolencia de melancolía
por la ausencia del aire de tu viento.

Paciencia necesita mi tormento,
urgencia de tu garza galanía,
tu clemencia solar mi helado día,
tu asistencia la herida en que lo cuento.

¡Ay, querencia, dolencia y apetencia!:
tus sustanciales besos, mi sustento,
me faltan y me muero sobre mayo.

Quiero que vengas, flor desde tu ausencia,
a serenar la sien del pensamiento
que desahoga en mí tu eterno rayo."
                                                                    Miguel Hernandez

..."Los olores persigo de tu viento
y la olvidada de tu huella,
que en ti principia, amor, y en mi termina."
                                                                    Miguel Hernandez

                                                           ... ... ....

   Termino con un cuento para niños titulado "Amores lunáticos" de Lorenzo Silva, que comienza con una cita de Raymond Radiguet del "Baile del conde de Orgel": "Sólo en el recuerdo se nos muestra lo maravilloso".
   Concluye:
    "Y porque es en quienes amamos donde proyectamos, al final, la auténtica esencia de lo que somos.
    No somos lo que tenemos, ni siquiera lo que hacemos: tenemos lo que nos dan y lo que las circunstancias nos permiten tomar; hacemos lo que podemos, que no siempre es lo que desearíamos hacer. Lo que en realidad somos es lo que queremos. Eso es lo único que inventamos y elegimos, lo que nos enseña de qué pasta estamos fabricados. Aunque a veces no sepamos por qué queremos lo que queremos. Nuestro gran problema es que nunca terminamos de conocernos bien a nosotros mismos. Ya lo decía Raymond Radiguet, aquel que escribió "el diablo en el cuerpo" con sólo diecisiete años: ...si el corazón tiene sus razones que la razón no conoce, es porque esta última es menos razonable que nuestro corazon."

                                                 ... ... ...

Anochece.
Anochece suave y lento.

   En su compañia. Tierna, sensible y cultivada. Triste y doliente ella.
   En su compañía. Necesitada de mi presencia, de mi aliento, se hizo de noche.
   Se hizo noche estrellada.
   Y salimos de nuestros cuentos, y pausadamente dirigimos los pasos hacia los portales que nos llevan a nuestros mundos. Y peldaño a peldaño subimos la escalera de nuestra vida, por unos minutos compartida y convertida en sueño de niñas, para con cada escalón, hacer de la realidad presencia de ausencias. Introducir la llave en la cerradura del alma, y girar con precisión en la dirección que abre la puerta y deja entrar el aire fresco de la noche.
   Es verano y anochece suave y lento.








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