Por la tarde la Cabalgata,con la emoción y los nervios de verles en persona. Más tarde el roscón con amigos o familiares. Y al terminar estos, toca colocar los zapatos para que los Reyes dejen lo que ha pedido cada niño, dejar algo de comida para que los camellos puedan recuperar las fuerzas y seguir repartiendo regalos. También habrá que dejarles algún caprichito a Sus Majestades, que tienen mucho trabajo por delante.
Y después de todo esto... toca acostarse y dormirse pronto.
Mañana muy temprano se despertarán y con mucha agitaciòn, alegría y alboroto, descubrirán que sus deseos se han hecho realidad.QUE LA ILUSION Y LA ESPERANZA LLENE NUESTRAS VIDAS ADULTAS COMO LO HACE EN LA DE LOS NIÑOS
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