miércoles, 15 de febrero de 2012

Una decisión


   No se si has escogido el día de hoy por algo, o ha sido tu cuerpo el que ha tomado la decisión por ti. Pero es un día acertado para hablar de amor. De amor a los demás. Y hoy te ha tocado a ti. Como siempre haces, entregar tu amor.
   Se te veía mermada. Tu que eres un roble, un arbol fuerte y firme, hoy temblabas como una hoja. No. Hoy todo tu cuerpo agitado tomaba las riendas de tu ser, sin tu querer.
   Mi pensamiento no ha dejado de ser para ti desde entonces. Tu que lo das y lo has dado todo, que con tu  generosidad has llegado a muchos otros.
   A tu lado he vivido experiencias extraordinarias. Si, extraordinarias. Extra-ordinarias. No sabría calificarlas de otra manera. Todos los que hemos estado cerca tuyo lo sabemos. Tu eres especial. Pero tu lo normalizas. Normalizas lo que se sale de lo ordinario. Y los demás aprendemos con tu ejemplo, la mayoría de las veces no hace falta decir nada, sólo con observarte mimetizamos poco a poco tu forma de ver la vida. Que en esencia es muy simple: Deja que sea tu corazón el que guíe tus actos.
   Han ido sedimentando nuestras vivencias y  dejando un poso fertil muy dentro de nosotros. Y tú veías nuestra evolución, aunque nosotros no éramos conscientes. No había halagos. Ni premios a nuestros egos. Sólo había trabajo individual, esfuerzo sostenido y satisfacción de ser y estar. Quisiera que no se perdieran en el laberinto de mi memoria, todo lo que me has enseñado.
   Me siento incapaz de pedirte que recapacites. Porque se en lo más profundo de mi ser que lo que haces, es lo que necesitas. Y al dolor de tu partida se le une la esperanza en que encuentres tu salida, tu camino, tu paz.
   No he dejado de pensar en todo el día, en quién será mi faro a partir de ahora. Pero se tu respuesta. Todos te queremos para nosotros, para siempre, pero eso no puede ser. Es por tu bien, y eso nos debe bastar. Tú que has velado por todos, vela ahora por ti.
   Quisiera ser más para darte más. Pero ahora sé que es tú lucha. Lucha por ti.
   ¡Claro que sabes cuidarte! No te subestimo. Te estimo.
   Queda en paz. Gracias.


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